
A punto de iniciarse la ceremonia, el Gran Rabino, percatado de la presencia de Miquel Segura, se acercó al mismo y le abrazó efusivamente. “Ayer le escuché por la radio -le dijo- y sus palabras me conmovieron profundamente”. “Le ruego -añadió- que me guarde un libro y yo enviaré a mi secretario personal a buscarlo”.
En el curso del acto -que tuvo que celebrarse finalmente en el interior de un garaje cercano porque la lluvia arreció, Sholomo Ben Amú dio muestras de gran afecto, incluso de ternura, hacia Miquel Segura y su esposa. “En estos momentos, cuando tantos, incluso de entre nosotros, tienen a gala ocultar sus sentimientos religiosos -aseguró- su testimonio es un impacto en nuestros corazones”.
Al finalizar el acto -organizado por el CIDICEF, que estos días despliega una actividad incansable, Miquel Segura comentaría que “nunca, en ningún lugar, ni siquiera en Israel, he encontrado mayor comprensión y afecto como aquí, entre los judíos de Argentina.